¿Cómo se comunican las hormigas?
¿Cómo funciona realmente una sociedad de hormigas? Las hormigas no pueden hablar entre sí y sus ojos no están cerca de los ojos humanos. Entonces, ¿cómo se comunican entre sí?
Cuando se les presenta la palabra comunicación, la mayoría de los humanos probablemente la asociarían con el lenguaje o el habla. Algo hablado, creado por el uso de nuestra lengua y boca para dar forma y articular. De esta manera podemos crear una cantidad infinita de palabras y como resultado contar historias extremadamente complejas. La comunicación de las hormigas no es tan avanzada, pero la mayoría de la gente probablemente estaría de acuerdo en que es impresionantemente refinada.
Una colonia de hormigas puede estar formada por varios millones de obreras. ¿Cómo puede una sociedad tan grande ser la maquinaria bien organizada que hemos observado que es? Las hormigas solucionan las barreras de comunicación de varias formas:
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Olor (feromonas)
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Tocar
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Lenguaje corporal
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Sonido
Las antenas de las hormigas son la clave del misterio de su comunicación. Con la ayuda de un avanzado sistema de feromonas, pueden “oler” una amplia gama de temas, desde la actividad colonial hasta la conquista territorial. A lo largo de millones de años, las hormigas han desarrollado cócteles de feromonas específicos para comunicar diferentes cosas a sus compañeras. Para recibir los mensajes utilizan sus antenas, de la misma manera que nosotros usaríamos nuestra nariz si somos ciegos y sordos.
Por supuesto, el hombre no conoce todos los olores, pero sí sabemos mucho sobre su sistema. Por ejemplo, cada colonia lleva su propio conjunto único de feromonas, lo que permite distinguir entre amigos y enemigos. Para un ser humano puede parecer extraño que una hormiga pueda resolver esto en cuestión de milisegundos, pero a través del olor es posible y, a menudo, resulta muy útil. (1)
Un trabajador mayor y otro menor de la especie Atta sexden. Tal vez la hormiga más pequeña esté tratando de comunicarse con la más grande cortando una hoja. Foto: Alex Wild.
Cómo se comunican las hormigas mediante el movimiento y el tacto
Los mirmecólogos Bert Hölldobler y Edward O. Wilson dan cuenta de las observaciones de la comunicación de las hormigas tejedoras (Oecophylla longinoda) en su libro Journey to the Ants. Está claro que en realidad todo está bastante avanzado. Por ejemplo, las hormigas tienden a trazar senderos olfativos hasta las fuentes de alimento, como migas de pan, para que otros trabajadores los encuentren y los sigan. Cuando un solo trabajador ha encontrado algo, volverá corriendo a la colonia mientras rocía pequeñas gotas de feromonas en el suelo para que otros trabajadores las sigan. Los mirmecólogos explican que hay cinco formas diferentes en que las hormigas pueden mezclar y variar estas señales. Cuando una hormiga obrera se encuentra con un miembro de la colonia, puede decirle cosas moviendo su cuerpo de una manera específica o simplemente tocando antenas. Luego, la otra hormiga recibe una imagen relativamente clara de lo que debe buscar al final del camino. Si la primera hormiga ha encontrado algo comestible, lo más probable es que le dé a la otra hormiga una muestra de su boca para probarlo. (2)
Las hormigas se comunican a través del lenguaje corporal.
Al igual que los humanos, las hormigas utilizan el lenguaje corporal para comunicar cosas. Pueden decirle cosas a las otras hormigas tocando o acariciando ligeramente el receptor de diferentes maneras. De esta forma, pueden combinar las señales de feromonas con las del tacto y el lenguaje corporal, proporcionando una forma avanzada de comunicación. Un ejemplo de diálogo peculiar es cuando las hormigas, al presionar ligeramente una sección de la cabeza de otra hormiga, pueden producir un reflejo mandibular, dándole a la primera hormiga la oportunidad de probar la dieta de la otra hormiga. No es raro que las hormigas guarden parte de su comida para más tarde o para los miembros de la colonia. Este diálogo puede parecernos extraño, pero no hay desgana por parte de ninguna de las dos hormigas.
¿Las hormigas se hablan entre sí? ¡Sí!
Otra forma peculiar de comunicación de las hormigas es mediante el sonido. La mayoría de las especies de hormigas lo utilizan para comunicarse, aunque la mayoría de la gente lo desconoce debido a su baja resonancia. Las hormigas pueden obtener diferentes sonidos raspando sus patas con una parte de su cuerpo similar a una tabla de lavar, logrando así diferentes sonidos. Aunque es posible que nosotros no lo escuchemos, otras hormigas sí pueden. En realidad, podemos percibir el sonido si acercamos una hormiga al oído y escuchamos con atención.
Los sonidos se utilizan de diferentes formas, según la especie. Un gran ejemplo del uso del sonido es cuando una hormiga obrera queda atrapada en algún lugar. Quizás a través del colapso de un túnel o cámara, bloqueando todas las salidas. La hormiga puede utilizar el sonido como llamada de socorro, indicando su ubicación a los demás trabajadores a través de las paredes. Esto no se podría lograr con feromonas.
12 categorías diferentes de comunicación.
Los mirmecólogos han trazado doce categorías diferentes de cómo se comunican las hormigas.
- Alerta/Advertencia
- Atraer
- Reclutar (a fuentes de alimento o nuevas ubicaciones de nidos)
- Aseo (la limpieza y el cuidado de otras hormigas)
- Trofalaxis (el intercambio de líquidos, por vía oral/anal)
- Intercambio de alimentos sólidos.
- Presión de grupo
- Reconocimiento (miembros de la colonia, determinar casta, diferenciar hormigas muertas o vivas)
- Influir en las castas (estimular o prevenir el desarrollo de diferentes castas)
- Controlar a los rivales (otras hembras fértiles del mismo nido)
- Marcado de territorios (distancia a la colonia, marcado de fronteras territoriales)
- Comunicación sexual (determinando especies y géneros así como sincronizando el vuelo nupcial)
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Referencias
1. Per Douwes, Johan Abenius, Björn Cederberg, Urban Wahlstedt (2012) Nationalnyckeln “ Steklar: Myror-getingar. Himenópteros: Formicidae-Vespidae ” pág. 26 (sueco)
2. Bert Holldobler y Edward O. Wilson (1995) “ Viaje a las hormigas ” p. 46
3. Bert Holldobler y Edward O. Wilson (1990) “ Las hormigas ” p. 227