anatomía de las hormigas

¿Cómo se construyen las hormigas?

La anatomía de las hormigas es cautivadora. Aunque su esqueleto está en la parte exterior de su cuerpo, son muy flexibles. Este exoesqueleto encapsula los órganos internos y los músculos de la hormiga y sirve como protección contra los ataques.

El exoesqueleto es una parte fundamental de la anatomía de las hormigas, ya que proporciona una superficie dura que protege el interior de la hormiga desde el exterior. En lugar de nuestro enfoque humano sobre los esqueletos (como tenerlos en el interior para empezar), muchos insectos los llevan en el exterior. Pero al igual que el nuestro, es fundamental para mantener unido el cuerpo y proporcionar puntos de anclaje a los músculos. (1)

Las hormigas se pueden distinguir fácilmente al observar un grupo de insectos. Tienen un tipo de cuerpo distinto y único con cabeza, tórax y abdomen. Pero lo que diferencia a la hormiga de otros insectos es, en primer lugar, el segmento entre el tórax y el abdomen: el peciolo (algunas especies también tienen el llamado postpeciolo). Segundo: sus antenas, dobladas de forma muy parecida a nuestras rodillas.

Los peciolos y postpeciolos son muy pequeños y puede que no siempre sean fáciles de detectar en algunas especies. Pero a pesar de su tamaño, son muy importantes para la flexibilidad de las hormigas y una parte crucial de su guerra. Los pecíolos les dan la capacidad de doblar el abdomen debajo del cuerpo, lo que les permite rociar al enemigo con veneno de sus glándulas abdominales. (2)

Anatomía del esqueleto de las hormigas.

Esta es una imagen muy cercana del pequeño segmento llamado pecíolo. Es lo que hace posible que las hormigas sean flexibles con su abdomen. También se muestran agujeros que sirven como glándulas antibióticas. Foto: Alex Wild.

Un desglose de la anatomía de la hormiga.

Las hormigas tienen ojos compuestos (facetados), muy parecidos a los de las moscas. El tamaño de los mismos varía dependiendo de la especie. La hormiga del bosque Formica rufa, por ejemplo, tiene ojos grandes, mientras que los de la hormiga amarilla del prado Lasius flavus son diminutos. Lo más probable es que esto se deba a que estos últimos pasan toda su vida en la oscuridad de sus túneles. Las reinas y los machos también tienen tres ocelos adicionales, que forman un triángulo, ojos pequeños cuyo verdadero propósito se discute. (3) No parecen dar a las hormigas ningún tipo de imagen visual de su entorno, sino que captan la luz. Las libélulas nocturnas tienen ocelos bien desarrollados, lo que podría ser una pista de su verdadero propósito como guía de navegación. (4)

La anatomía de las hormigas puede ser muy diferente a la de los humanos, pero tienen pequeñas similitudes que podrían ayudar a comprender las diferentes partes de su cuerpo. Por ejemplo, las antenas tienen la misma función que nuestra rodilla, doblándose por la mitad. Al continuar desde la “rodilla” se descubre un conjunto de pequeños segmentos diferenciando entre especies (Formica rufa tiene 11 segmentos).

Otra parte importante de la anatomía de las hormigas son las mandíbulas o mandíbulas. Tienen dos mandíbulas grandes, un labio superior (cubierto), un par de mandíbulas inferiores (maxilar) y un labio inferior (labium). Las mandíbulas están abolladas y se utilizan para matar presas y enemigos, “serrar” materiales y conseguir un buen agarre durante el transporte. En el labio inferior y la mandíbula inferior hay dos palpos. Parecen pequeñas antenas segmentadas que cuelgan de la boca de la hormiga.

La anatomía de las hormigas suele servir como insecto ejemplo cuando se habla de la construcción de su cuerpo. Sus tres partes del cuerpo (cuatro o cinco si contamos el peciolo y el postpeciolo) junto con sus seis patas forman un icono claro y simbólico del mundo de los insectos. Todas las piernas están ancladas en el tórax y constan de una cadera, un fémur (hueso del muslo), una tibia (espinilla) y segmentos del pie. Al final hay un espolón que sirve como una gran herramienta a la hora de limpiar las antenas. Al estudiar las hormigas, verá rápidamente una muestra de este ritual de limpieza. Se parecen mucho a los gatos en ese sentido: se acicalan constantemente. (5)

La anatomía de las hormigas – órganos internos.

Las hormigas no tienen corazón como nosotros, ni como otros mamíferos. En cambio, tienen una arteria grande (en medidas de hormigas), que comienza en el cerebro y recorre las partes del cuerpo. Su sangre tampoco es roja, sino incolora y transparente.

De la misma manera que la arteria "corazón" atraviesa el cuerpo, las hormigas tienen fibras nerviosas que fluyen a través del cerebro y los músculos, proporcionando medios de comunicación entre el cerebro, los órganos y los músculos. El estómago está ubicado en el abdomen con la mayoría de los otros órganos grandes. (6)

En lugar de pulmones, las hormigas tienen pequeñas aberturas en sus exoesqueletos por las que circula oxígeno por el cuerpo. Esto significa que las hormigas no respiran, sino que dejan pasar el oxígeno circundante.

Referencias

1. Anatomía de Myrors – Wikipedia (sueco)

2. Per Douwes, Johan Abenius, Björn Cederberg, Urban Wahlstedt (2012) Nationalnyckeln “ Steklar: Myror-getingar. Himenópteros: Formicidae-Vespidae ” pág. 29 (sueco)

3. Naturhistoriska riksmuseet – Insekters sinnen (sueco)

4. Punktögon – Wikipedia (sueco)

5. Per Douwes, Johan Abenius, Björn Cederberg, Urban Wahlstedt (2012) Nationalnyckeln “ Steklar: Myror-getingar. Himenópteros: Formicidae-Vespidae ” pág. 29 (sueco)

6. Antark.net – Anatomía interna